Postales L-18.
“Busquemos o no, la nostalgia se revela a la vuelta de cada esquina”.
Fotografías: Alejandra Devescovi y Elsa Estremadoyro.
Edición fotográfica: Mayu Mohanna.
Lugar y horario: Sala Siete Setenta (Av.Larco 770). Lunes a Domingo de 10am a 10pm.
A pie por Miraflores
Por Alberto Servat
A pie por Miraflores. Es la primera impresión que me deja la exposición “Postales L18”. Porque se asemeja a una de esas caminatas que nos lleva por las calles de toda la vida y que, curiosamente, siempre lucen diferente. Porque el paso del tiempo todo lo cambia y el crecimiento sin planificación de la ciudad ha convertido un barrio de discreta belleza en un monstruo de edificios, parqueos callejeros, tráfico insoportable. El proceso parece ser irreversible y las pacíficas calles con moras, enigmáticas quintas y antiguos ranchos van desapareciendo. Cada día una casa menos, cada día una megaconstrucción más. Una fachada que resultaba tan familiar de pronto no existe más y en su lugar aparece un tremendo aviso publicitario, anunciando un edificio residencial con áreas comunes para el esparcimiento y, casi siempre, con una forzada vista al mar. Por eso, esta muestra fotográfica es como un paseo en el instante previo al cambio. Cuando surgen destellos del viejo vecindario que nació como si de un balneario se tratara para convertirse en un centro económico, turístico, social y tantas cosas más.
Sus autoras son Elsa Estremadoyro y Alejandra Devescovi, a quienes conozco de nuestros tiempos periodísticos. Ambas se impusieron como misión registrar los detalles sobrevivientes del viejo Miraflores. Y lo hacen con dedicación, extremo cuidado y nervio profesional, de manera que sus fotos quedan encuadradas en un marco que nos recuerda en cierta forma el cine de los viejos tiempos, anterior a los extremos wide y a la edición desmesurada. Cada encuadre es una historia, donde se encierra en silencio un testimonio, y también un monólogo contado por una puerta, una ventana o un pedazo de muro. Cuentos íntimos de hermosas casitas que parecen tener vida propia y a las que nadie parece prestarles atención. Salvo Elsa y Alejandra, así como unos pocos peatones más, capaces de caer bajo ese encanto indescriptible. Hay en la sucesión de primeros planos con los nombres de las calles una divertida sección que nos remite a esa caprichosa manera de bautizar las calles y dejarlas por una corta eternidad con los nombres de personajes, lugares y fechas que poco o nada importan a los paseantes. Si esta fuera realmente una película, esta sección tendría el lugar de los créditos como si se tratara de los actores y demás artífices de la producción.
“L18” es la directa referencia al código postal del distrito. Una expresión fría y paradójica, porque remite al epicentro de esa añoranza que los fotógrafas imprimen en cada una de las imágenes. Lima 18 no es solo una ubicación en el mapa. Es el lugar donde ha sucedido gran parte de nuestra historia urbana, al menos desde finales del siglo XIX.
A este conocimiento del oficio fotográfico se suma pues un sentimiento único. Y el resultado es esa combinación del ojo periodístico con la sensibilidad del artista observador. De esa mirada aguda con un sentimiento nostálgico de imposibilidad frente a las fuerzas externas y cuya principal misión es la preservación del recuerdo a través de la imagen impresa.
Miraflores, diciembre del 2019
Otras fotos - Postales L-18.
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